Feeding the world.
Alcanzar la meta de erradicar el hambre y la malnutrición que la comunidad internacional se ha fijado para 2030 es de hecho posible, pero requiere más actuaciones, incluyendo mayores inversiones en agricultura y desarrollo rural sostenible, ha asegurado el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
La cifra de personas que padecen hambre en el mundo ha aumentado desde 2015, y casi el 60% de ellas viven en países afectados por conflictos y por el cambio climático. Alrededor de 155 millones de niños menores de cinco años padecen retraso del crecimiento, -cerca de la cuarta parte del total mundial-, mientras que 1 900 millones de personas tienen sobrepeso -de las cuales al menos 500 millones son obesas- y 2 000 millones sufren de deficiencia de micronutrientes.
Mientras que en las últimas décadas se han hecho grandes avances en la lucha contra los flagelos de la pobreza y el hambre -muy vinculados entre sí-, estos logros corren el riesgo de revertirse a medida que los conflictos, el crecimiento demográfico, el cambio climático y la transformación en las pautas alimentarias plantean nuevos desafíos.
Entre las prioridades de la FAO para los próximos dos años figuran la promoción de la agricultura sostenible, la mitigación y la adaptación al cambio climático, la reducción de la pobreza, abordar la escasez de agua, la migración y el apoyo a los medios de vida rurales afectados por los conflictos, así como la labor en curso sobre nutrición, pesca y silvicultura y resistencia antimicrobiana.
Políticas y entorno institucional propicios
Graziano da Silva señaló que la Agenda 2030 exige un sólido compromiso con la toma de decisiones nacionales y una mayor autosuficiencia por parte de los Estados miembros. Por su parte, Gilbert Fossoun Houngbo advirtió que "al ritmo actual, la comunidad internacional no va en camino de cumplir su compromiso con el Hambre Cero para 2030", aunque señaló que el objetivo puede alcanzarse "si actuamos ahora para lograr sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles".
En este sentido, la FAO, el FIDA y el PMA se encuentran trabajando juntos sin precedentes ya que la situación lo requiere.
En definitiva, la apuesta por la innovación se hace muy necesaria para continuar avanzando en esta iniciativa y así, conseguir los propósitos de cara a 2030.