Como todos sabemos España lidera en muchos campos la transición ecológica y vamos bien encaminados hacia la autosuficiencia energética, de toda Europa, ese es el reto. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se afana mucho para conseguirlo y va dando pasos en este sentido con las fuentes de energía que tenemos ahora y otras nuevas que van a ir llegando como el hidrógeno verde y otros biocombustibles, pero ¿cómo afecta esto a la alimentación?
Entre los retos a los que se enfrenta el sector agroalimentario, hay uno que me preocupa especialmente, la seguridad de abastecimiento como la conocemos hoy en día. Según un informe titulado "Capacidad del sector obtentor para hacer frente a los retos del suministro alimentario", presentado por el Instituto Cerdà, el suministro de alimentos a precios asequibles no está garantizado a medio plazo. También contamos con alimentar a una población creciente, con la imposibilidad de aumentar las tierras de cultivo y con factores externos, como la guerra de Ucrania y otras posibles crisis que pueden aparecer en el futuro. En definitiva, producir más con menos.
Mi visión es clara, “hay que cuidar el campo” o como dice Manuel Pimentel, “El campo se vengará de nosotros”. Desde el Grupo Alimentario de Innovación y Sostenibilidad venimos trabajando conjuntamente en ello para apoyar a quienes, como nosotros, piensan que la sostenibilidad y la innovación son dos recursos de supervivencia empresarial, cada vez a más corto plazo.
No es un trabajo fácil, porque remamos contra corriente, contra muchas corrientes que nos están ganando la batalla, por ahora, aunque parece que suenan en Bruselas nuevas sintonías que podrían significar un cambio de tendencia, pero tenemos que luchar todos juntos, como lo hacemos desde el GIS, desde la producción a la distribución, llegando a la restauración. Hay que trabajar conjuntamente con Administraciones Públicas y medios de comunicación, para conseguir que el trabajo y el mensaje de la cadena agroalimentaria unificado llegue a todos los sitios y nuestra preocupación cale.
Según las previsiones, en 2050 el mundo será habitado por unos 10.000 millones de personas. ¿Cómo podremos garantizar la calidad de la producción y la asequibilidad de los precios, con muchos menos recursos económicos? Para responder a esta pregunta, que tanta incertidumbre genera, es necesario plantearse la innovación como un “must”, una opción que se establece en la sociedad casi de forma imperativa.
Para aplicar innovación al sector hoy en día, todavía seguimos dando trompicones en el camino, con políticas que obstaculizan su aplicación a nivel tanto nacional como europeo.
Con iniciativas como el GIS Alimentario pretendemos sortear, entre todos los interesados, estos obstáculos. Encontrar soluciones mediante la unión de esfuerzos y el debate es el propósito de todas las empresas que conforman este grupo, con un propósito que resplandece sobre muchos otros: caminar contrarios a la dependencia alimentaria.